Hasta ahora sólo bien vista por escoceses, además de algunas culturas no occidentales, la falda para hombre intenta salir de la tierra asomando de vez en cuando la patita. De momento, sin éxito. Diseñadores como Jean Paul Gaultier o Marc Jacobs se cansan de enseñarnos sus kilts y sus pantalones con tablas predicando así una nueva era en la que los prejuicios contra esta prenda típicamente femenina desaparecen mientras ella se cuela en los armarios de ellos.
Si nos paramos a pensar, en realidad, con el pantalón femenino ocurrió lo mismo. En el siglo XIX, cuando las mujeres llevaban pantalones bombachos para pasear en bicicleta, la vista de esta prenda era grotesca. Sin embargo, poco a poco se fue aceptando. ¿Son acaso las mujeres las únicas con el poder de convertir una prenda del sexo opuesto a una totalmente femenina y sexy? ¿No existe la forma de crear una falda con poco vuelo, poco femenina, y que al mismo tiempo pueda ser totalmente varonil?
Imágenes de la última colección de Laitinen.
El antes mencionado Marc Jacobs pasea siempre con soltura sus pantalones "afaldados" al salir a saludar después de cada uno de sus desfiles. Si os fijáis, el efecto que crea es casi igual al de unos pantalones bermudas o al de un pareo de playa, como bien nos enseñaba hace algunos veranos Andrea Casiraghi.
Por último, sólo me queda enseñaros esta fotografía de un editorial de V Man en la que aparece el torero Jose María Manzanares con una falda de cuero. Toda una declaración de intenciones conociendo la profesión a la que se dedica.
¿Y vosotros? ¿Decís sí o no a la falda masculina? ¿Creéis que existe un termino medio? ¿Venderá finalmente H&M en sus tiendas españolas esa falda masculina que sacó hace años?