Hace pocos días se celebraba en California el festival de música de Coachella, uno de los más cool del mundo y de los más visitados por fans y celebrities.
El dress-code de este acto es totalmente arbitrario, pero siempre sigue unos esquemas fijos que se repiten y que recuerdan a ese hippie de hace décadas.
Ellas llevan bandas en el pelo, gafas de sol Wayfarer o Lenon, sobreros de paja, shorts y mucho print floral.
Alguna celebridad se pasó por el festival, como Agyness Deyn, con una bandera de Estados Unidos, tan de moda últimamente, a modo de vestido.
Nosotros tampoco nos hemos quedado atrás en el festival de Coachella y multitud de it-boys han hecho su versión del hippie tradicional con camisas de cuadros y pitillos.
Una tendencia masculina que he podido observar en el festival han sido los sobreros, geniales en todas sus variantes.
Creo que quiero ser como este hombre.
Y para los que quieran rizar el rizo en cuanto a hippie se refiere, píntate el torso con pinturas de colores y ponte una flor en el pelo.
Tampoco os perdáis estos calcetines de lunares (ahora que estamos de Feria en Sevilla).
Esto de hablaros de Coachella habiendo terminado ya el festival no es porque me guste reseñar cosas ya pasadas, sino porque en su momento no le presté la debida atención. Sin ambargo, desde que no hago más que pensar en lo cool que han sido sus asistentes, veo por todas partes esa esencia hippie-campestre que se respiró.
Editorial de Teen Vogue