Muchas cosas diferencian a un turista de un viajero, y si hay algo que amen los primeros y odien los segundos son los malditos souvenirs. Ni útiles ni estéticos, hasta que llegó al mundo la cámara de Michael Hughes y los elevó a la máxima potencia con su trabajo, tan original como curioso. Llegó la hora de sacarle partido a la Torre Eiffel en miniatura que te regalaron tus abuelos.
¿Qué te parece su trabajo?